Hay personas que al ver la imagen o el borde de un agujero, su ser se invade de miedo e inestabilidad, bueno esa sensación tiene un nombre: tripofobia o miedo a los agujeros, cuyo origen puede tener bases evolutivas, de acuerdo con un nuevo estudio publicado recientemente en la revista Psychological Science.
Investigadores de la Universidad de Essex analizaron 76 fotografías diferentes de hoyos y agujeros que están relacionados con este padecimiento y las compararon con fotografías de hoyos que no causan tripofobia para identificar las diferencias entre ambas. Con ello, encontraron un vínculo potencial entre la tripofobia y ciertos animales venenosos.
En otras palabras, algunos animales venenosos - como la cobra rey o el pulpo de anillos azules - tienen características visuales similares a las de otros objetos más inocuos que pueden desencadenar tripofobia.
Se realizó un análisis espectral en una variedad de imágenes que inducen tripofobia y encontramos que los estímulos tenían una composición espectral asociada típicamente con imágenes visuales incómodas, es decir, la energía de alto contraste en las frecuencias espaciales de gama media. Críticamente, se encontró que una serie de animales potencialmente peligrosos también poseen esta característica espectral”, escribieron los autores del estudio.
El pulpo de anillos azules, en particular, condujo a los investigadores a relacionar este posible vínculo, ya que uno de los participantes del estudio, que padecía de tripofobia, confesó sentir que su fobia se desencadenaba al ver al animal.
Creemos que todo el mundo tiene tendencias tripofóbicas a pesar de que se puede no ser consciente de ello. Incluso, hemos encontrado que las personas que no tienen fobia tripofóbica, también experimentan un grado de incomodidad al mirar este tipo de imágenes”, dijo el investigador del estudio Geoff Cole, científico y psicológico de la Universidad.
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