El Estado Islámico reivindica la decapitación del periodista estadounidense Jim Foley
El reportero 'freelance' James Foley, en una foto tomada en Alepo (Siria). Afp
Métodos del siglo XXI para mostrar una realidad medieval. Jim Foley, secuestrado en Siria el 22 de noviembre de 2012 ejerciendo el periodismo, apareció esta noche en un vídeo en Internet -borrado posteriormente- siendo ejecutado a navaja. El verdugo, en perfecto inglés británico, aprovechó la grabación para culpar al país de Foley de "matar a civiles" recientemente en Irak y amenazó con ajusticiar al también informador estadounidense Steven Joel Sotloff, quien además aparecía en las imágenes.
Los acólitos del Estado Islámico (IS, en siglas inglesas), numerosos en redes sociales como Twitter, aprovechaban para vanagloriarse del asesinato. Otros, temiendo lo peor, trataban de buscar un detalle que restara autenticidad a la pieza gráfica. El FBI aún no ha anunciado sus conclusiones del análisis.
Alrededor de las 3:30 de la madrugada (hora peninsular), la madre de Foley, Diane, emitió un comunicado. "No podemos estar más orgullosos de nuestro hijo Jim. Dio su vida para mostrar al mundo el sufrimiento del pueblo sirio". Tuvo palabras para el resto de cautivos del IS: "Imploramos a los secuestrados que salven las vidas de los rehenes que quedan. Como Jim, son inocentes. No tienen control sobre las políticas del gobierno americano ni en Siria, ni en Irak, ni en ningún otro lugar del mundo".
Jim Foley, de 40 años, tenía más de cinco de experiencia en zonas de conflicto. Habitualmente armado con una cámara de vídeo y emanando cordialidad y camaradería, el estadounidense era un respetado compañero de correrías de muchos de los periodistas que han pisado el hades sirio. Junto a algunos de ellos pasó una temporada arrestado en Libia a manos de partidarios de Muamar Gadafi. Trabajaba para varios medios internacionales como el digital GlobalPost.
Respuesta al bombardeo
El Consejero Delegado de GlobalPost, Phil Balboni, había reconocido a mediados de 2013 que se habían invertido "muchos, muchos, muchos cientos de miles de dólares" para encontrar a Foley. El ejecutivo detallaba que, "con mucha seguridad", el cautivo estaba para entonces en manos del gobierno de Bashar Asad, quien siempre denegó tamañas alegaciones. No se ha hecho público cómo acabó en manos del Estado Islámico, grupo yihadista que no existía en Siria en el momento en que se perdió la pista de Foley.
Tampoco se ha comunicado el lugar ni la fecha exacta de la degollación. De las últimas palabras del reportero mirando a cámara con un rayo de entereza, se desprende que ocurre después de que la aviación estadounidense bombardeara el norte de Irak hace dos semanas. "Clavaron el último clavo de mi ataúd", dice Foley de Washington en su discurso registrado, cuyo guión se desconoce si es propio o impuesto.
"Morí aquel día John", asevera dirigiéndose a su hermano, piloto de la fuerza aérea de EEUU, "cuando tus colegas tiraron aquella bomba sobre la gente firmaron mi sentencia de muerte [...] Pero el barco ya ha zarpado. Supongo que lo que desearía más que nada es no ser americano", sentencia. La puesta en escena se cuidó al detalle. Jim Foley lleva un camisón naranja, que recuerda a los de los presos de Guantánamo, y el ejecutor habla como un nativo occidental.
Periodistas en peligro
"Depende de tu siguiente decisión" la ejecución de Steven Joel Stoloff, advierte el verdugo al presidente estadounidense, Barack Obama, a la par que muestra al segundo periodista, desaparecido desde mediados de 2013. Si cumple su amenaza, el contador de profesionales de la información asesinados en la agónica guerra de Siria, que pasa de su tercer año y medio, superará los 65. Según el Comité para la Protección de Periodistas, en Siria siguen secuestrados al menos 20 periodistas nacionales e internacionales.
Se cree que la mayoría de ellos - como casi 50 diplomáticos turcos, secuestrados hace dos meses en Mosul - están en manos del Estado Islámico. Este grupo, dirigido por el auto proclamado califa iraquí Abu Bakr Bagdadi, surgió en Irak, pero se dio a conocer en Siria en abril de 2013. Lejos de sumarse a las brigadas alzadas contra Bachar Asad, el IS - entonces conocido como Estado Islámico de Irak y Siria - optó por apropiarse de las zonas norteñas arrebatadas por los rebeldes al régimen y establecer allí una administración califal.
Crueldad y horror
Su método se basa en la imposición de un control férreo sobre sus dominios empleando la ley religiosa musulmana. Gracias a la seguridad proporcionada - y a pesar de su alto precio-, al restablecimiento de infraestructuras y al reparto de comida se ganan rápidamente aparte de la afín población religiosa suní. Quienes no comulgan con ellos y no son musulmanes pueden elegir entre pagar unimpuesto abusivo -conocido como yísia-, el exilio o la muerte. Si son chiíes o suníes críticos, su única opción es morir.
La venta de petróleo de los numerosos pozos que han confiscado -Francia y la oposición política exiliada han acusado al IS de vendérselo incluso a Bashar Asad-, la extorsión y el robo han sido formas frecuentes de enriquecer las arcas de los yihadistas. También, detallan algunos analistas, ha resultado crucial la financiación por parte de donantes privados de algunos países del Golfo Pérsico. Atraídos por la potente propaganda que emiten por Internet, cientos de combatientes voluntarios, procedentes de Europa y llegando a Siria a través de Turquía, han engrosado el poderío armado del califato. Alrededor de tres docenas de ellos proceden de España.
En su último acto, después de incendiar casi toda la Siria septentrional y apoderarse de Raqqa - única ciudad fuera del control de Damasco- el IS irrumpió y monopolizó un alzamiento suní contra el ex primer ministro Nuri Maliki. Era principios de enero de 2014. Hace dos meses, los yihadistas tomaron Mosul, la segunda ciudad de Irak, y amenazaron con extender su califato hasta la norteña Erbil, capital petrolera de la autonomía kurdo Irakuí.
Este mes la Casa Blanca dijo basta y decidió intervenir, por primera vez desde que abandonasen Irak en 2011, atacando posiciones estratégicas del IS. Emulando las atrocidades cometidas en la post invasión de 2003 por la Al Qaeda en Irak de Abu Musav Zarqawi -y al igual que ha ocurrido con Bagdadi, criticadas por el líder de Al Qaeda Aymen Zawahiri- el IS ha hecho de cortar cabezas su sangrienta imagen de marca. Jim Foley ha sido su primer rehén occidental. Pueden venir otros.
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